martes, 28 de agosto de 2018

BORGES, UN ARREPENTIDO APAÑADOR DE DICTADURAS




En mi publicación del martes 14 de agosto, señalé que una de las razones por las que presuntamente se le negó el Premio Nobel de Literatura a Borges fueron “cuestiones políticas (tal vez alguna apreciación incomprendida a algún dictador)”. Ese es el punto que ampliaré en la presente publicación.

En la segunda mitad del siglo XX, los países de América Latina se vieron aquejadas por dictaduras militares. La mayoría de estos gobiernos dictatoriales, proclives a vulnerarse todo tipo de derechos civiles y sociales, fundaban su posición contra del comunismo.

La línea que separa a los políticos y a los escritores siempre ha sido cruzada por la influencia de idealismos sociales. Los escritores, impetuosos en sus conceptos y leales a sus principios siempre han sido vistos como opositores y estorbos en estos regímenes dictatoriales, ejemplos hay a montones. Federico García Lorca, principal opositor a la ideología de Francisco Franco –quien alguna vez fue apoyado por Borges-, fue asesinado en circunstancias no esclarecidas hasta el día de hoy. Reynaldo Arenas, el novelista y opositor rotundo ante el régimen de Fidel Castro, fue torturado hasta la demencia, se suicidó culpando al dictador de todas sus tragedias.

Argentina, país natal de Borges, sufrió un golpe de estado en el año de 1976. En ese año, el general Jorge Rafael Videla asume el gobierno de facto, dictadura golpista contra los peronistas –en ese momento a cargo de la vicepresidenta María Estela Martínez de Perón- hasta el año de 1981. Dictadura que se mantuvo en el poder hasta el año del 1983, concluyendo con Reynaldo Bignone al recuperarse la democracia.

Videla fue encontrado culpable por las atrocidades ejecutadas desde el poder, condenado a Cadena Perpetua por varios delitos cometidos durante la dictadura, y dejando juicios pendientes hasta su muerte. Los crímenes perpetrados como el robo sistemático de bebés, el fusilamiento de presos en Córdoba y la persecución sin reparos a los escritores y periodistas fue infame, totalmente condenable y execrable, personas que desaparecieron no volviéndose a saber de ellos, nunca más. La Asociación de Prensa Santa fe, sostiene un listado alfabético de escritores, periodistas y trabajadores de prensa desaparecidos y asesinados en la dictadura militar entre los años de 19761983.

¿Cuál era la posición de Borges contra estos abusos y crímenes? Edwin Williamson, autor del libro, “Borges, una vida”, señala que Borges “vio el golpe de Estado de Videla como una nueva revolución libertadora para el derrocamiento de Perón. Por eso apoyó con entusiasmo el golpe del general”. Borges era antiperonista y anticomunista ¿Era causa suficiente para apoyar una dictadura? Cualquier evidencia que se encuentre contra Borges para afirmar que era simpatizante de dictaduras se remontan a dos hechos memorables:

1.- Un almuerzo celebrado en la Casa Rosada con Videla el 19 de mayo de 1976 (tan solo dos meses después del golpe).

De izquierda a derecha: Horacio Ratti, Jorge Rafael Videla, Jorge Luis Borges, Ernesto Sabato, el padre Leonardo Castellani y el general José Villareal

2.- El recibimiento en Chile de por Augusto Pinochet en septiembre de 1976. Del controvertido encuentro hay una foto donde ambos se dan la mano. Según muchos críticos literarios la polémica foto fue la que le costó el Nobel a Borges, pues consideraba a Augusto Pinochet como la persona que salvó a Chile del comunismo. María Kodama, viuda del escritor, cuenta que antes que Borges viaje a Chile recibió una llamada, aparentemente desde Suecia para advertirle que no vaya a Chile a recibir distinción alguna, fiel a sus ideales –o muy escéptico- Borges contestó: “mire, yo le agradezco muchísimo su preocupación, pero hay dos cosas que un hombre no puede permitir: sobornar o dejarse sobornar. Muchas gracias por llamarme, buenas tardes” y colgó.

De izquierda a derecha: Augusto Pinochet y Jorge Luis Borges

Ha transcurrido mucho tiempo, como es de verse, Borges ha sido simpatizante de algunos representantes de dictaduras, sin embargo, tácitamente se arrepintió de ello. De hecho existe un artículo que Borges escribió para la Agencia EFE, publicado en 1985 por el diario Clarín y que consta en el volumen Textos recobrados (1956-1986). En esa reflexión el escritor, señaló que: "No juzgar y no condenar el crimen sería fomentar la impunidad y convertirse, de algún modo, en su cómplice". Debemos considerar que ante las denuncias por las terribles desapariciones de periodistas y escritores, Borges comenzó a retrotraerse, arrepentirse tal vez. Con la guerra de las Malvinas se sintió muy dolido. Como pacifista, dejo Argentina por obvias razones.

Repito lo dicho en el tercer párrafo de la presente publicación. La línea que separa a los políticos y a los escritores siempre ha sido cruzada por la influencia de idealismos sociales.

Para Mario Vargas Llosa, un escritor tiene la "obligación" de "intervenir en el debate cívico". El suscrito es de la opinión que un escritor nunca debe estar obligado a mantener una postura política –obligación que sintió Borges en su momento-, eso muchas veces los hace sucumbir en desaciertos que marcan una trayectoria impecable y que confunde erradamente a una sociedad -así como se confundió la academia Nobel-, sin embargo, si un escritor adopta una postura política, los lectores, particularmente deben saber distinguir plenamente entre su arte al escribir y su ideología. Vargas Llosa alguna vez definió su apoyo a Humala –en realidad, a cualquiera que vaya contra algún Fujimori-. Jaime Bayly apoyó a Keiko Fujimori. Acertadas o no, sus posiciones están lejos de convertirlos en menos escritores, no los convierte en personas con un talento esfumado.

El talento de los novelistas y escritores debe prevalecer al margen de su posición política. Esa es una de las razones del porqué Borges sigue siendo reconocido y creemos, debió recibir el Premio Nobel de Literatura, pese a ser –reflexión personal- un arrepentido apañador de dictaduras.


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