Todos
los músicos de Argentina festejan un veintitrés de enero. Festejan la vida,
festejan el talento, festejan la satisfacción de hacer lo que más les gusta, y
siendo aún más placentero, el vivir de ello. Todos los músicos, de todos los géneros,
todos sienten que es una fecha especial, tan especial como recordar a los
grandes músicos que ya no están, pero que su legado sigue en las radios, en el
pensamiento y en el corazón, sensación que provoca un respiro tan intenso, como
si fuese el primero que damos al venir a este mundo, como lo dio Luis Alberto
Spinetta, haciendo paso por este mundo y dejando su legado. En su honor, los veintitrés
de enero, siempre serán especiales.
Spinetta
fue un poeta y la música fue un vehículo para poder transmitir sus
composiciones, un poeta y músico tan completo como Alberto Cortez, como Pedrito
Aznar, como Sabina, como Dylan.
Durante
toda su carrera, compuso trescientas setenta y seis canciones, por supuesto,
alguna debe rondar por ahí, perdida en una alguna sala de grabación, digna de
ver la luz, algún día.
Cantaba
tango desde los cuatro años, por influencia de su padre, quien era un cantante
aficionado, la música siempre acompaño a su familia. Algunos de sus tíos
cercanos trabajaban en el sello discográfico Columbia, lo que le permitía desde muy chico tener fácil acceso a
la música nueva y buena. Así conoció a los Beatles, se enamoró de su música, de
su estilo, de sus letras a tal punto que hacia canciones antes de saber tocar algún
instrumento. Desde muy chico componía sambas y rock en inglés y español.
En su
adolescencia formo parte de Almendra, banda destinada a ser un éxito. Sus primeros
dos discos, se editaron entre el sesenta y siete y el setenta (Los otros dos
fue en su reencuentro del ochenta).
El
primer disco de almendra es considerado por muchos como el mejor del Rock
Argentino. En la portada se encuentra un dibujo hecho por el mismo Flaco, un
dibujo que la disquera no quiso poner, pero que por insistencia de Spinetta salió
a la luz, con un significado poco explícito, pero con muchos detalles
importantes:
La canción
“muchacha, ojos de ángel”, compuesta por El Flaco fue la más destacada del
disco, dedicada a Cristina Bustamante, su primer amor; sin embargo, cuando la relación
terminó, Spinetta renegó bastante con esa canción, siempre se la pedían en los
recitales. Durante muchos años la sacó de su repertorio, integrándola mucho
tiempo después, ya en su última etapa. Almendra
fue la primera banda argentina que tocó en el exterior, y fue en Perú, en mil
novecientos sesenta y nueve, en el Festival de Ancón.
En el
setenta y ocho, editó su primer y único libro llamado Guitarra Negra, lleno de poesía surrealista. Alguna vez dijo de aquella
publicación que: “Cierta violencia interna se disparó sobre mí al escribir esos
textos”. La portada original es una foto fantasmagórica del rostro de Spinetta
invertido sobre fondo negro.
Meses
después de su muerte en el dos mil doce, Javier Malosetti, amigo del Flaco,
publicó una foto con su último poema:
"Nací, como nace un capullo, como
nacemos todos junto al amor de los míos, que me dieron el sentido y el cuidado crecí
día a día, como lo hemos hecho todos y al abrigo del hogar fui empezando a
entender, por momentos jugando vi a las cosas perfectas, y el mundo, infinito ahora
comprendo que el infinito no ha cambiado está presente cuando miramos al cielo
a los que amamos".
Para
terminar, quiero recordar las palabras de Andrés Calamaro, publicadas en su libro Paracaídas y Vueltas, que escribió para El Flaco, un nueve de febrero del dos mil doce, días después de su muerte:
“Hoy le conté a mi hija quien fuiste,
pues me vio escribiendo ensimismado y mi emocionada concentración le llamo la atención.
Dibujé una Rayuela terminada en cielo, inventamos canciones y buscamos el sol
en el agua para mirar el cielo atardeciente y contarle a la niña que estabas
brillando entre las nubes, haciendo lo de siempre; iluminando con tu luz y
calor nuestras clorofilas, con un brazo para dar amor y amistad por delante.
Esa luz tuya que va a brillar con el sol todos los días, Flaco”.
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