Diciembre del 2007; todos los graduados de
secundaria están impacientes, anotando sus gustos y preferencias, para que sean
anunciados mientras ingresan a la ceremonia. Entre ellos, yo. Recuerdo que cuando
me tocó escribir la profesión para cursar mis estudios superiores puse Ciencias
de la Comunicación (periodismo) y ser
escritor. Hoy han pasado casi diez años que con un sano juicio he decidido
abocarme a la literatura.
La literatura se define como el arte de la
expresión escrita; y, aunque en la mayor parte de mi tiempo ejerzo el derecho
como profesión, siempre he querido que en mis escritos se perciba el mismo estilo
y coherencia que se percibe cuando lees una novela de Alejandro Dumas. La
literatura es un arte impreso en letras, belleza pura en palabras; por
supuesto, eso no se consigue de un momento a otro y no podría afirmar que lo he
conseguido. De hecho, cuando leo algunas notas escritas cuando tenía entre 12 y
14 años, me causa cierta incomodidad, la falta de algunas reglas básicas que
una persona debe conocer de manera obligatoria antes de coger un lápiz y papel;
pero, en el fondo considero que fue un buen inicio y parte de una etapa de
crecimiento. No soy de las personas que se arrepiente de lo que ha hecho, suelo
arrepentirme más de lo que no hice, porque el tiempo perdido es irrecuperable y
las oportunidades escasamente suelen repetirse.
Inicialmente escribía en hojas de papel, pequeñas
notas que perdí en gran parte cuando mis cuadernos cayeron al agua mientras mi
casa se alagaba en una intensa lluvia. Con el tiempo empecé a escribir en mi
computadora personal, archivos que perdí cuando una mañana unos ladronzuelos
entraron a casa y se la llevaron. Actualmente escribo en mi blog, “Actualidad
en Letras”; y Dios quiera, no pierda su dominio en algún momento.
En Actualidad En Letras, escribo, ejerzo mi
afición desde hace dos años aproximadamente. Cuenta con casi cuatro mil
visitas, una marca mínima incomparable a blogs en intereses similares, solo he
publicado en veinticuatro oportunidades y obviamente existe una explicación
para ello. La vagancia.
La vagancia me ha ganado todo este tiempo; de
hecho, le ha ganado a mi pasión por escribir (específicamente), convirtiendo mi afición en un corto esparcimiento.
Mario Vargas Llosa señala en su obra “Cartas a un Joven novelista”, que la
vocación literaria no es un pasatiempo, un deporte, un juego refinado que se
practica en los ratos de ocio. Es una dedicación exclusiva y excluyente, una
prioridad a la que nada puede anteponerse, una servidumbre libremente elegida
que hace de sus víctimas unos esclavos. En
definitiva nunca me he considerado un esclavo de la literatura (aún), pero habiendo citado a Mario y
siendo uno de mis autores favoritos y ejemplos en cuanto a las novelas y
columnas, se sabe que en una oportunidad ganó una beca para ir a España en 1958
y así, pudo tener más disponibilidad y meterse del todo a la literatura,
dedicándole tiempo de manera exclusiva llegando a publicar su primera novela a
la edad de 27 años. Yo tengo 26 años, ya culmine mis estudios superiores y creo
que este es un buen punto de partida para comenzar una nueva historia.
Desde el mes de Agosto del año pasado por asuntos
laborales estoy viviendo en otra ciudad. Esporádicamente los fines de semana
regreso a casa. Acostumbrarme al estar lejos del calor familiar no me ha
costado mucho, escribir sí. Incluso alguien bromeó
diciéndome que es un verdadero milagro el que el blog este actualizado. La
literatura es algo muy importante para mí, probablemente lo que más me importa,
pero a lo que menos tiempo le dedico y es algo que hay que corregir.
Considero
necesario hacer estas precisiones, pues mi ausencia por estas líneas ha sido incómoda,
y lo será mientras personas extrañen estas publicaciones. En ese tránsito he
dejado muchos temas pendientes; libros por comentar, investigaciones, historias
sin concluir. Como dije, suelo
arrepentirme más de lo que no hice y esta nota es una catarsis personal ante el
evidente abandono. He descubierto que con una buena
organización puedo tener espacios de tiempo que llenar con actividades que
contribuyan a esa pasión de la que les hablaba en un inicio.
Diciembre del 2007; todos los graduados de
secundaria están impacientes, anotando sus gustos y preferencias, para que sean
anunciados mientras ingresan a la ceremonia. Al escribir como profesión,
Ciencias de la Comunicación (periodismo)
y ser escritor, a casi diez años puedo comprender tal relación; a veces los
periodistas tienen más imaginación haciendo sus investigación, que los propios
novelistas escribiendo libros.
Escribir la profesión para cursar mis estudios superiores puse Ciencias de la Comunicación. Esto me llamo la atención, yo también puse la misma profesión y mi segunda opción fue Psicología, ¡que bueno! por que no creo poder ser mejor escritora que tu, (eres un genio)
ResponderBorrarLa literatura es un arte impreso en letras, belleza pura en palabras; (...) De hecho, cuando leo algunas notas escritas cuando tenía entre 12 y 14 años, (...) en el fondo considero que fue un buen inicio y parte de una etapa de crecimiento. Totalmente de acuerdo, nada mas cierto; definitivamente fue el mejor de tus inicios y prueba de ello se ve reflejado en lo que ahora eres, haces y las maravillas que escribes.
No soy de las personas que se arrepiente de lo que ha hecho, suelo arrepentirme más de lo que no hice, porque el tiempo perdido es irrecuperable y las oportunidades escasamente suelen repetirse. Tan identificada, pero créeme que con un poco de locura todo es mejor, ¡ANIMATE! Jajaja...
Actualmente escribo en mi blog, “Actualidad en Letras”; y Dios quiera, no pierda su dominio en algún momento. Yo espero exactamente lo mismo, que no cierren las puertas del paraíso a mi imaginación y a mis emociones
Solo he publicado en veinticuatro oportunidades y obviamente existe una explicación para ello. La vagancia. Mal, mal, mal, mal, muy mal!!! Yo soy la que sufro
Incluso alguien bromeó diciéndome que es un verdadero milagro el que el blog este actualizado. Me sacaste la mejor de mis sonrisas, me estoy adjudicando esas líneas y si no fue por mi igual gracias por la sonrisa.
Considero necesario hacer estas precisiones, pues mi ausencia por estas líneas ha sido incómoda, y lo será mientras personas extrañen estas publicaciones. Yo las extraño, pero poco a poco voy entiendo, te recargada agenda y tu vagancia, jajaja...
A veces los periodistas tienen más imaginación haciendo su investigación, que los propios novelistas escribiendo libros. Imaginación puede que si; pero lo que tu trasmites al escribir es otra cosa, como cuando me sale el barrio diría: es otro level manyas!