miércoles, 3 de enero de 2018

PASAMAYO Y LA MUERTE ANUNCIADA.


(Archivo: El Comercio)

Uno de los grupos más representativos del rock nacional, Los “Nosequién y los Nosecuantos”, lanzó en el año de 1991 un disco llamado “Con el Respeto que se Merecen”. Este disco tiene algo en particular pues sus canciones son inspiradas en diferentes situaciones vividas por el país hasta entonces (revisen su contenido). Uno de sus temas es “Pasamayo maldito”, inspirada en aquel tramo de la Panamericana Norte que ayer, una vez más, fue teñida de sangre.

El tramo Serpentín de Pasamayo en Huaral, une el distrito de Ancón con la provincia de Chancay. Cuenta con una extensión de aproximadamente 22 kilómetros y más de 50 curvas en su recorrido, una de ellas, a la altura del kilómetro 75, “La Curva del Diablo”, lugar del fatídico accidente que provoco por la caída al abismo de un bus interprovincial, ocasionando la muerte de 48 personas.

Las circunstancias geográficas de la referida carretera, que gran parte del año es azotada por neblina y derrumbes de arena hacen difícil su recorrido, convirtiéndose en una zona muy peligrosa para el tránsito en nuestro país, información que por supuesto el Ministerio de Transportes conoce desde antes que exista la canción de Los NSQ y Los NSC. El punto es que la cantidad de accidentes en esa zona es tan grande que ni siquiera las autoridades tienen un número exacto al respecto. El Comercio nos muestra el historial de accidentes ocurridos en esta vía que en la actualidad no cuenta, ni siquiera con barandillas metálicas de seguridad que funcionen de contención.


Lastimosamente, esta vía de transporte siempre ha sido descuidada por nuestras autoridades, evidenciándose el pobre control y trabajo de la concesionaria a cargo de su mantenimiento; por si fuera poco, doce horas después y 10 kilómetros antes ocurría un nuevo accidente, dos personas fallecieron y otras dos quedaron heridas en la colisión de un bus interprovincial y un tráiler. Como es evidente, la prevención no es parte de nuestra política, estamos acostumbrados a actuar después de las tragedias. Estas son las reacciones de hoy de nuestro Presidente y su Ministro de Transportes:




Hasta aquí, debemos tener en cuenta lo siguiente:

1. La variante de la Panamericana Norte, que es una ruta menos riesgosa, tiene cuatro carriles, dos para cada sentido y sin acantilado estaba restringida para los buses interprovinciales y los camiones de carga pesada ya que solo era usada por autos.

2. Los buses interprovinciales y los camiones de carga pesada tenían que pasar de manera obligatoria por el Serpentín, una ruta más riesgosa, una sola vía para ambos sentidos, sin barandillas metálicas y con acantilado. 

¡MAL!

Todos los peruanos esperamos que estas desgracias no se repitan, pero si nuestras autoridades dejan de dar prioridad a lo que realmente importa, la prevención, y seguimos discutiendo las coimas de la Interoceánica y el refrito de Chinchero,  lo único que podemos esperar es que en el siguiente accidente tenga menos muertos y no poder evitarlo.

Esta penosa noticia y nuestras deficiencias fueron difundidas por medios internacionales, entre ellos The Washington Post, Univisión Noticias, CNN, la BBC, ABC News, Clarín, El País, El Mercurio, etc. Todo indica que los correspóndales de la prensa internacional están haciendo su trabajo, eso claro, si dejamos de lado tantos accidentes en la Carretera Central o la reciente caída de un puente colgante ubicado en el distrito de Kimbiri, provincia de la Convención (región Cusco) dejando un saldo de 5 personas ahogadas y otras 10 desaparecidas.

Finalmente, es necesario precisar que dentro del Plan de Gobierno ofrecido en campaña por nuestro actual presidente, se encuentra prevista la construcción de la doble vía Panamericana desde tumbes hasta Tacna, una buena inversión de la cual esperamos dos cosas: uno, que se haga realidad antes que se plantee otra vacancia y dos, que el proceso de selección no lo gane algún socio de ODEBRECHT.



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