Quien,
leyendo el título de esta publicación, piense en la autógrafa idea de rechazar
alguna vez un galardón de tal magnitud en el mundo literario, puede sentirse
tranquilo: no me refiero a nada parecido; sin embargo, procederé
a contar quienes sí lo hicieron, profundizando en uno de los más recordados de
la categoría de Literatura.
El
Premio Nobel se entrega desde el año 1901 en las categorías de Física, Química,
Fisiología o Medicina, Literatura, Paz y a partir de 1968 el seudo premio de Economía
(instituido por el Banco de Suecia, no siendo voluntad de Alfred Nobel).
Por
presiones del régimen Nazi tres alemanes galardonados en sus respectivas
categorías fueron obligados a rechazar el premio. En el año de 1938 Richard
Kuhn ganó el premio Nobel de Química por sus investigaciones sobre las
vitaminas; terminada la segunda guerra mundial, pudo recibir su galardón en
1948. Lo mismo sucedió con Gerhard Domagk y Adolph Butenandt en 1939. A Domagk
se le otorgó el premio de medicina por el descubrimiento del prontosil, el
primer fármaco de síntesis con acción bacteriana amplia. Pudo recibir su premio
en 1944. Por su parte Butenandt fue ganador en la categoría de Química por su
trabajo con las hormonas sexuales; pudo recibir su premio en 1949.
BORIS
PASTERNAK
En
1958, el poeta y novelista ruso Boris Pasternak, ganó el Premio Nobel de
Literatura por su polémica novela “Doctor Zhivago” después de ser nominado
hasta en 6 oportunidades; sin embargo, se vio obligado por el gobierno a
renunciar al premio amenazado con ser expulsado de la Unión Soviética. Mucha
polémica despertó la publicación de su novela. Los políticos la censuraron sin
leerla considerándola reaccionaria y provocadora hacia el gobierno soviético. La
novela no pudo ser publicada en la patria del escritor hasta 1988. Pasternak, respondió
a la academia con una carta en la que argumentaba: "Considerando el significado que este premio ha tomado en la sociedad a
la que pertenezco, debo rechazar este premio inmerecido que se me ha concedido.
Por favor, no tomen esto a mal".
JEAN-PAUL
SARTRE
En
1964, el escritor francés, teórico de izquierda y representante del
existencialismo, ganó el premio Nobel de Literatura. A diferencia de los antes
mencionados, el autor de la obra filosófica "El Ser y la Nada", rechazó
el premio por motivos personales. Tras filtrarse la información y enterarse que
sería galardonado, el 14 de octubre de 1964, Sartre, envió una carta a la
Academia pidiendo que no se le concediera el premio; sin embargo, los miembros hicieron
caso omiso a su petición y días después lo anunciaron como ganador de Nobel de
Literatura de aquel año. Al día siguiente del anuncio oficial, Sartre publicó
una carta en el diario “Le Figaro” diciendo entre tantas cosas lo siguiente:
“(…) Mis razones para
rechazar el premio no se refieren a la Academia Sueca ni al Premio Nobel en sí,
como expliqué en mi carta a la Academia. En ella, aludí a dos tipos de razones:
personales y objetivas. Las razones personales son estas: mi rechazo no es un
gesto impulsivo, siempre he rechazado los honores oficiales. En 1945, después
de la guerra, cuando me ofrecieron la Legión de Honor, la rechacé, aunque
simpatizaba con el gobierno. Del mismo modo, nunca he tratado de ingresar al Colegio
de Francia, como sugirieron varios de mis amigos. Esta actitud se basa en mi
concepción de la empresa del escritor. Un escritor que adopta posiciones
políticas, sociales o literarias debe actuar solo con los medios que le
pertenecen, es decir, la palabra escrita. Todos los honores que reciba pueden
exponer a sus lectores a una presión que no considero deseable. Si me firmo a mí
mismo Jean-Paul Sartre, no es lo mismo que si me firmara a mí mismo Jean-Paul
Sartre, Premio Nobel. El escritor que acepta un honor de este tipo involucra,
así como a sí mismo, la asociación o institución que lo ha honrado. Mis
simpatías por los revolucionarios venezolanos solo me comprometen a mí,
mientras que si Jean-Paul Sartre, ganador del Premio Nobel de la resistencia
venezolana, también compromete todo el Premio Nobel como institución. Por lo
tanto, el escritor debe negarse a dejarse transformar en una institución,
incluso si esto ocurre en las circunstancias más honorables, como en el
presente caso. Esta actitud es, por supuesto, totalmente mía, y no contiene
críticas de quienes ya han recibido el premio. Tengo un gran respeto y
admiración por varios de los galardonados a quienes tengo el honor de conocer”.
La
carta completa puede leerse traducida al español aquí,
una publicación de “Las Noticias de Última Hora”, el 13 de diciembre de 1964,
digitalizada por la Biblioteca Nacional de Chile.
Lo
anecdótico del rechazo de Sartre al premio nobel de Literatura, fue que después
de 11 años, intentó obtener el dinero correspondiente al premio, esto causó
mucha molestia en sus seguidores, sin embargo, nunca le entregaron monto alguno;
tal como sucedió con Bernard Shaw en 1926 -aceptó el galardón, pero rechazó el
importe monetario- las retribuciones rechazadas por los premiados pasan
directamente al Fondo Nobel.
Finalmente, terminando con esta historia de rechazos a los reconocimientos ya sean por
motivos provocados o personales, en 1973 Le Duc Tho, el político vietnamita, rechazó
el premio Nobel de la Paz en 1973, concedido junto a Henry Kissinger por los
esfuerzos en los acuerdos que pusieron fin a la Guerra de Vietnam. Para Le Duc
Tho, Vietnam aún no estaba en paz y no tenía sentido aceptar algún reconocimiento.
NOTAS:
Apartándome
totalmente del tema en cuestión, les recomiendo visitar la web
de la Biblioteca Nacional Digital de Chile, que reúne una
recopilación de sus archivos en formato digital desde sus soportes originales.
Esta relevante iniciativa data desde agosto de 2013, en el marco de las
celebraciones del bicentenario de la Biblioteca Nacional de Chile. No voy a
entrar en comparaciones banales entre países pero sería estupendo aplicar ese
trabajo también en Perú, pues tenemos mucha historia digna de inmortalizar.
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