martes, 19 de febrero de 2019

¿NOBEL? NO, GRACIAS




Quien, leyendo el título de esta publicación, piense en la autógrafa idea de rechazar alguna vez un galardón de tal magnitud en el mundo literario, puede sentirse tranquilo: no me refiero a nada parecido; sin embargo, procederé a contar quienes sí lo hicieron, profundizando en uno de los más recordados de la categoría de Literatura.

El Premio Nobel se entrega desde el año 1901 en las categorías de Física, Química, Fisiología o Medicina, Literatura, Paz y a partir de 1968 el seudo premio de Economía (instituido por el Banco de Suecia, no siendo voluntad de Alfred Nobel).

Por presiones del régimen Nazi tres alemanes galardonados en sus respectivas categorías fueron obligados a rechazar el premio. En el año de 1938 Richard Kuhn ganó el premio Nobel de Química por sus investigaciones sobre las vitaminas; terminada la segunda guerra mundial, pudo recibir su galardón en 1948. Lo mismo sucedió con Gerhard Domagk y Adolph Butenandt en 1939. A Domagk se le otorgó el premio de medicina por el descubrimiento del prontosil, el primer fármaco de síntesis con acción bacteriana amplia. Pudo recibir su premio en 1944. Por su parte Butenandt fue ganador en la categoría de Química por su trabajo con las hormonas sexuales; pudo recibir su premio en 1949.

BORIS PASTERNAK

En 1958, el poeta y novelista ruso Boris Pasternak, ganó el Premio Nobel de Literatura por su polémica novela “Doctor Zhivago” después de ser nominado hasta en 6 oportunidades; sin embargo, se vio obligado por el gobierno a renunciar al premio amenazado con ser expulsado de la Unión Soviética. Mucha polémica despertó la publicación de su novela. Los políticos la censuraron sin leerla considerándola reaccionaria y provocadora hacia el gobierno soviético. La novela no pudo ser publicada en la patria del escritor hasta 1988. Pasternak, respondió a la academia con una carta en la que argumentaba: "Considerando el significado que este premio ha tomado en la sociedad a la que pertenezco, debo rechazar este premio inmerecido que se me ha concedido. Por favor, no tomen esto a mal".

JEAN-PAUL SARTRE

En 1964, el escritor francés, teórico de izquierda y representante del existencialismo, ganó el premio Nobel de Literatura. A diferencia de los antes mencionados, el autor de la obra filosófica "El Ser y la Nada", rechazó el premio por motivos personales. Tras filtrarse la información y enterarse que sería galardonado, el 14 de octubre de 1964, Sartre, envió una carta a la Academia pidiendo que no se le concediera el premio; sin embargo, los miembros hicieron caso omiso a su petición y días después lo anunciaron como ganador de Nobel de Literatura de aquel año. Al día siguiente del anuncio oficial, Sartre publicó una carta en el diario “Le Figaro” diciendo entre tantas cosas lo siguiente:

“(…) Mis razones para rechazar el premio no se refieren a la Academia Sueca ni al Premio Nobel en sí, como expliqué en mi carta a la Academia. En ella, aludí a dos tipos de razones: personales y objetivas. Las razones personales son estas: mi rechazo no es un gesto impulsivo, siempre he rechazado los honores oficiales. En 1945, después de la guerra, cuando me ofrecieron la Legión de Honor, la rechacé, aunque simpatizaba con el gobierno. Del mismo modo, nunca he tratado de ingresar al Colegio de Francia, como sugirieron varios de mis amigos. Esta actitud se basa en mi concepción de la empresa del escritor. Un escritor que adopta posiciones políticas, sociales o literarias debe actuar solo con los medios que le pertenecen, es decir, la palabra escrita. Todos los honores que reciba pueden exponer a sus lectores a una presión que no considero deseable. Si me firmo a mí mismo Jean-Paul Sartre, no es lo mismo que si me firmara a mí mismo Jean-Paul Sartre, Premio Nobel. El escritor que acepta un honor de este tipo involucra, así como a sí mismo, la asociación o institución que lo ha honrado. Mis simpatías por los revolucionarios venezolanos solo me comprometen a mí, mientras que si Jean-Paul Sartre, ganador del Premio Nobel de la resistencia venezolana, también compromete todo el Premio Nobel como institución. Por lo tanto, el escritor debe negarse a dejarse transformar en una institución, incluso si esto ocurre en las circunstancias más honorables, como en el presente caso. Esta actitud es, por supuesto, totalmente mía, y no contiene críticas de quienes ya han recibido el premio. Tengo un gran respeto y admiración por varios de los galardonados a quienes tengo el honor de conocer”.

La carta completa puede leerse traducida al español aquí, una publicación de “Las Noticias de Última Hora”, el 13 de diciembre de 1964, digitalizada por la Biblioteca Nacional de Chile.

Lo anecdótico del rechazo de Sartre al premio nobel de Literatura, fue que después de 11 años, intentó obtener el dinero correspondiente al premio, esto causó mucha molestia en sus seguidores, sin embargo, nunca le entregaron monto alguno; tal como sucedió con Bernard Shaw en 1926 -aceptó el galardón, pero rechazó el importe monetario- las retribuciones rechazadas por los premiados pasan directamente al Fondo Nobel.

Finalmente, terminando con esta historia de rechazos a los reconocimientos ya sean por motivos provocados o personales, en 1973 Le Duc Tho, el político vietnamita, rechazó el premio Nobel de la Paz en 1973, concedido junto a Henry Kissinger por los esfuerzos en los acuerdos que pusieron fin a la Guerra de Vietnam. Para Le Duc Tho, Vietnam aún no estaba en paz y no tenía sentido aceptar algún reconocimiento.

NOTAS:

Apartándome totalmente del tema en cuestión, les recomiendo visitar la web de la Biblioteca Nacional Digital de Chile, que reúne una recopilación de sus archivos en formato digital desde sus soportes originales. Esta relevante iniciativa data desde agosto de 2013, en el marco de las celebraciones del bicentenario de la Biblioteca Nacional de Chile. No voy a entrar en comparaciones banales entre países pero sería estupendo aplicar ese trabajo también en Perú, pues tenemos mucha historia digna de inmortalizar.



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