lunes, 8 de febrero de 2016

FIN DE PLAGIO CHINO



Quince días han transcurrido desde que la antropóloga Sandra Rodríguez publicara los populares tweets referente a los hallazgos de extractos, sin citas, en la Tesis Doctoral de Cesar Acuña presentada en el 2009 a la universidad Complutense de Madrid (UCM). Aunado a ello, hace pocos días el académico Otoniel Alvarado aseguró ser el único autor de la obra “Política Educativa” negando así la coautoría del mencionado candidato presidencial. Son exactamente quince días desde que el tema mediático del plagio ha sido difundido masivamente en casi todos los medios haciendo que importe más la tesis de Acuña que sus propuestas y demás candidatos. Está claro que es un tema relevante, sumamente de interés nacional, está claro que es un delito, está claro que debe ser sancionado como corresponde, pero, lo que no me queda claro y particularmente me fastidia, es la gran cobertura brindada sobre lo que dice o hace, un político novato que ha fracasado (hasta ahora) en su intento de llegar a la presidencia de la república. Estoy convencido que existen temas de mayor interés que sigilosamente han pasado por las redacciones periodísticas sin tener la mayor importancia.

         Keiko Fujimori ha recibido una donación de S/. 220,608.00 Soles, realizada por la ONG “LVF Liberty Institute” de EE.UU. para gastos en su campaña ¿no es extraño? ¿Ludwig García estará tranquilo con la investigación seguida a Lula da Silva sobre el caso PETROBRAS? ¿Qué efectos tiene la similar intensión de voto con la que cuenta Julio Guzmán y el PPK del 2011(claro, teniendo más contradicciones que Toledo en el 2001)? Humala aún no ha terminado de gobernar, parece que la seguridad ciudadana ya no es un tema dentro del menú diario y tampoco de interés, pese a que Romina Cornejo, la niña, víctima de estos actos de violencia en las calles falleciera el pasado viernes. ¿Qué propone Renzo Reggiardo referente a este tema siendo una víctima directa en Agosto del 2011? ¿Cuáles son las repercusiones de la guerra entre Siria e Irak y los ataques del grupo terrorista Estado Islámico? Podemos hablar también de la extradición de Manuel Burga o del enorme decomiso de madera en la ciudad de Iquitos que concluyó en la renuncia del representante de Osinfor en esa ciudad.

         Debo reiterar que no le resto importancia al mencionado plagio de Acuña (ojo que la comisión designada aun no lo ha determinado). Es información fundamental, debe ser de conocimiento público y también condenable; sin embargo, esta noticia se ha vuelto tan repetitiva y viciada, que ha logrado en quince días que el electorado no tome en cuenta situaciones que más adelante puedan ser adversas a nuestros intereses. Acuña no es el primer, ni el último, político involucrado en temas de plagio; Ian Vásquez del Instituto Cato nos explica que Barack Obama y Vladimir Putin (por ser los ejemplos más notables) también fueron acusados de plagio. El entonces senador estadounidense Joseph Biden en plena campaña presidencial en EE.UU. desarrolló un discurso refiriéndose a sus antepasados mineros y asegurando ser la primera persona de su familia en asistir a la universidad. Al poco tiempo se descubrió, no solo que era falso, sino que el discurso era en realidad del líder británico laborista Neil Kinnock. En nuestro país, Ludwig García (en su plan de gobierno) y Alberto Fujimori (en su discurso ante la OEA en 1992) no han sido la excepción en este tipo de imputaciones.

         Varios columnistas han dedicado más de un par de líneas sarcásticas y burlonas sobre Acuña. Las redes sociales lo han fijado como un blanco fácil de bromas y chanzas. Se lo gano con mérito propio, si duda alguna. A nosotros como electorado nos corresponde definir qué haremos de nuestro país en los siguientes cinco años. Si el copión, la hija de papá, el conchudo o la escobita no son tus opciones, abre tu panorama a la dama de Rojo o la ola morada pero no insistas en difundir información irrelevante que lo único que hace es mancillar la campaña. Quince días, a sesenta y dos de las elecciones presidenciales. Démosle un saludo al pacto ético (porque no descartemos que es sea un golpe bajo). El escritor H.L. Mencken alguna vez dijo que “La democracia es la teoría que sostiene que la gente común, sabe lo que desea y merece que se lo den, puro y duro”; ojala no merezcamos después puros y duros cocachos.

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