Quince
días han transcurrido desde que la antropóloga Sandra Rodríguez publicara los
populares tweets referente a los hallazgos de extractos, sin citas, en la Tesis
Doctoral de Cesar Acuña presentada en el 2009 a la universidad Complutense de
Madrid (UCM). Aunado a ello, hace pocos días el académico Otoniel Alvarado
aseguró ser el único autor de la obra “Política Educativa” negando así la
coautoría del mencionado candidato presidencial. Son exactamente quince días
desde que el tema mediático del plagio ha sido difundido masivamente en casi
todos los medios haciendo que importe más la tesis de Acuña que sus propuestas
y demás candidatos. Está claro que es un tema relevante, sumamente de interés
nacional, está claro que es un delito, está claro que debe ser sancionado como
corresponde, pero, lo que no me queda claro y particularmente me fastidia, es
la gran cobertura brindada sobre lo que dice o hace, un político novato que ha
fracasado (hasta ahora) en su intento de llegar a la presidencia de la
república. Estoy convencido que existen temas de mayor interés que
sigilosamente han pasado por las redacciones periodísticas sin tener la mayor
importancia.
Keiko Fujimori ha recibido una donación
de S/. 220,608.00 Soles, realizada por la ONG “LVF Liberty Institute” de EE.UU.
para gastos en su campaña ¿no es extraño? ¿Ludwig García estará tranquilo con
la investigación seguida a Lula da Silva sobre el caso PETROBRAS? ¿Qué efectos
tiene la similar intensión de voto con la que cuenta Julio Guzmán y el PPK del
2011(claro, teniendo más contradicciones que Toledo en el 2001)? Humala aún no
ha terminado de gobernar, parece que la seguridad ciudadana ya no es un tema
dentro del menú diario y tampoco de interés, pese a que Romina Cornejo, la
niña, víctima de estos actos de violencia en las calles falleciera el pasado
viernes. ¿Qué propone Renzo Reggiardo referente a este tema siendo una víctima
directa en Agosto del 2011? ¿Cuáles son las repercusiones de la guerra entre
Siria e Irak y los ataques del grupo terrorista Estado Islámico? Podemos hablar
también de la extradición de Manuel Burga o del enorme decomiso de madera en la
ciudad de Iquitos que concluyó en la renuncia del representante de Osinfor en
esa ciudad.
Debo reiterar que no le resto
importancia al mencionado plagio de Acuña (ojo que la comisión designada aun no
lo ha determinado). Es información fundamental, debe ser de conocimiento
público y también condenable; sin embargo, esta noticia se ha vuelto tan
repetitiva y viciada, que ha logrado en quince días que el electorado no tome
en cuenta situaciones que más adelante puedan ser adversas a nuestros
intereses. Acuña no es el primer, ni el último, político involucrado en temas
de plagio; Ian Vásquez del Instituto Cato nos explica que Barack Obama y
Vladimir Putin (por ser los ejemplos más notables) también fueron acusados de
plagio. El entonces senador estadounidense Joseph Biden en plena campaña
presidencial en EE.UU. desarrolló un discurso refiriéndose a sus antepasados
mineros y asegurando ser la primera persona de su familia en asistir a la universidad.
Al poco tiempo se descubrió, no solo que era falso, sino que el discurso era en
realidad del líder británico laborista Neil Kinnock. En nuestro país, Ludwig
García (en su plan de gobierno) y Alberto Fujimori (en su discurso ante la OEA
en 1992) no han sido la excepción en este tipo de imputaciones.
Varios columnistas han dedicado más de
un par de líneas sarcásticas y burlonas sobre Acuña. Las redes sociales lo han
fijado como un blanco fácil de bromas y chanzas. Se lo gano con mérito propio,
si duda alguna. A nosotros como electorado nos corresponde definir qué haremos
de nuestro país en los siguientes cinco años. Si el copión, la hija de papá, el
conchudo o la escobita no son tus opciones, abre tu panorama a la dama de Rojo
o la ola morada pero no insistas en difundir información irrelevante que lo
único que hace es mancillar la campaña. Quince días, a sesenta y dos de las
elecciones presidenciales. Démosle un saludo al pacto ético (porque no
descartemos que es sea un golpe bajo). El escritor H.L. Mencken alguna vez dijo
que “La democracia es la teoría que sostiene que la gente común, sabe lo que
desea y merece que se lo den, puro y duro”; ojala no merezcamos después puros y
duros cocachos.
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