viernes, 8 de diciembre de 2023

ALONSO CUETO

Un escritor es, ante todo, un sentimental recuperado: un niño que ha sufrido pero que ha tomado distancia -del- sufrimiento, que ha sido feliz pero que ha tomado distancia con su felicidad. En la infancia o juventud de todo escritor hay un trauma que supone un paraíso perdido: una muerte, un viaje, una pérdida, un desajuste con la realidad.


Escribir supone siempre intentar compensar esa carencia con la creación de otro universo. La adicción a la ficción es consecuencia de lo insoportable de una vida de pérdidas y derrotas.


Escribir es el arte de los derrotados. Las personas que son activas en el mundo no escriben. Solo los que se han replegado de las amenazas de la realidad se refugian en la ficción.


La Piel de un Escritor, Fondo de Cultura Económica, p. 29.


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