En un
viejo disco, alguna vez encontré un mix de Rock peruano. Aquel compilado de
casi diez minutos contenía canciones como Inmortales y Hotel Apocalipsis de Cementerio
Club, la máquina del tiempo de Mar de Copas y tres de Libido. La siguiente
historia se cuenta en el libro de Mar de Copas, escrito por Fortunata Barrios; aquí,
se describe como aquella colaboración musical de la que les hablé en un
principio pudo demostrar que la música también es un instrumento para tender
puentes y resolver diferencias. La historia es como sigue…
-Mientras que Mar de Copas – MDC y La
Liga del sueño venían de la misma cantera, eran amigos de antaño que trabajaban de
modo similar, con Libido sucedía lo contrario: la relación entre ellos estuvo
al comienzo signada por una cierta desconfianza y por una tensión que se
manifestaba, inevitablemente a la hora de compartir escenarios. Como Libido
sonaba más en la radio, los contratistas los concebían siempre como los
destinados a cerrar los festivales, antecedidos por MDC. Esta situación no hizo
sino complicar técnicamente las cosas: mientras que el grupo de fondo podía
usar el escenario a discreción, solo quedaba a disposición del telonero lo que
el primero tuviera a bien permitirle, que siempre resultaba insuficiente. Este
conflicto técnico que generó uno que otro enfrentamiento entre los músicos, se
vio agravado por el hecho de que no faltaron maledicencias lanzadas por la
gente de MDC y los fans de Libido (…).
Las fricciones entre MDC y Libido y sus
respectivos seguidores no solo fueron menguando, sino que desaparecieron con el
tiempo. Fue determinante, para cambiar las aguas, el concierto en el que el
grupo Cementerio Club reunió a Salim Vera y Manolo Barrios en el Centro
Cultural La Noche de Barranco con el fin de que cada uno interpretara una
canción del otro dentro de un popurrí en el que ambos cantaron también
“inmortales”, tema del grupo Cementerio Club. Rememora Manolo: “Salim interpretó
magistralmente, como el gran cantante que es, nuestra canción “la máquina del
tiempo” y yo, no tan magistralmente pero sí muy a lo Leonardo Favio, la suya
llamada “tres”. Esa noche dimos al público un mensaje implícito: Si nosotros nos
llevamos así de bien, es absurdo que ustedes se sigan peleando. Solo a la gente
de Cementerio Club, con la buena onda que los caracteriza, se les podía haber
ocurrido juntarnos así”.
Llegar a conocerse progresivamente
durante una convivencia de años convirtió a MDC y Libido en entrañables amigos
que hasta hoy se frecuentan extralaboralmente-.
La colaboración...
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