sábado, 31 de marzo de 2018

CERATI, CONVERSACIONES ÍNTIMAS - GUSTAVO BOVE



Este libro lo leí hace mucho, fue el primer libro post muerte de Gustavo Cerati el 04 de septiembre del 2014. Lejos de una biografía, Bove seleccionó los mejores diálogos que mantuvo con el músico y lo entregó al mundo en un libro. Contiene muchos pareceres de Cerati referente a la música y sus gustos. Consta de 141 páginas y fue distribuido por Editorial Planeta.
El prólogo “Lago en el Cielo”, fue escrito por Richard Coleman, músico y amigo de Cerati. Describe a Gustavo como un gran lector, un tipo culto, un cantante con todas las letras, un intérprete completo, una persona muy generosa y muy graciosa, alguien al que le gustaba gustar. El nombre del prólogo es la canción con la que ambos cerraron los conciertos de la gira Fuerza Natural (La última gira de Gustavo Cerati), El último solo de guitarra que hizo fue en esa canción, Richard fue la segunda guitarra, incluso recuerda que uno de los últimos discos que escucharon juntos fue Goodbye yellow brick Road de Elton John.
La introducción del libro fue llamada PUENTE. Aquí el autor cuenta entre otras cosas que sus memorias sobre Cerati, están asociadas más a Alfredo Lois que a Zeta y Charly (sus compañeros en Soda Stereo). Cuenta que Alfredo fumaba mucho y que siempre murmuraba por lo bajo “Gustavo es un genio, pero aún no se da cuenta”. Bove (nuestro autor) menciona que le encantaba el disco “Colores Santos” de Cerati, tanto que no se cansaba de preguntarle por aquella composición, tanto que alguna vez Gustavo le increpó: “¡¿Sabes que hice seis discos además de Colores Santos, no?!”, en definitiva, si Cerati se lo proponía podía ser muy ácido.
Gustavo llevaba a flor de piel sus dotes de gran melómano. Llegando a gastar gran cantidad de dinero en discos importados, Spooky, la opera prima de Lush, un conjunto ingles de sonido shoegazing que facturaba grandes melodías. El Disco DYNAMO de Soda atesora algunas de las mejores canciones de la pluma ceratiana, documentando la quinta esencia de su inspiración. Un poeta inigualable, muy fino, nunca se tomó muy en serio como letrista, pero de su boca han brotado los versos más bellos de la vida. Gustavo es el único compositor que puede sentarse a la mesa de Luis Alberto Spinetta, Litto Nebbia y Charly García (mesa en la que considero también debe estar Fito Páez).
Mientras Gustavo estaba internado, Bove pensó en la publicación de este libro, sintiendo que podría ser un acto oportunista, artero; por otro lado, escuchaba las cintas con su voz y se apoderaba de él una profunda angustia, con la fe que alimentaba su esperanza que algún día despertase y le diga “Bueno, ahora sí, hagamos el libro”. Ante la cruda realidad, finalmente el libro salió a la luz.
A partir de aquí la reseña de este libro, será preguntas de Bove y respuestas puntuales de Cerati que se realizaron en diferentes momentos de su vida, 3 para ser exactos.
AQUÍ, Y AHORA (Y DESPUÉS)
Esta entrevista fue posterior a la disolución de Soda Stereo, exactamente un 21 de febrero del 2000 para la revista URL Mag, la misma que era dirigida por Charly Alberti. Cuando se preparaba la ediccion N° 07 Charly, accedió al pedido de Bove, entrevistar y poner en portada a Gustavo Cerati, la misma nota a la que Gustavo consideró una de las mejores que le habían realizado en toda su carrera:
¿Cómo te sentiste el primer día que dejaste de ser un Soda Stereo? ¿Cuál fue la sensación de las horas posteriores al “Gracias totales”? ¿Tristeza, alegría, Libertad?
(…) luego de terminado el concierto, regresé a una vida hiperfamiliar, mucho alivio, aparece la idea de libertad, pero más que ello, aparece la idea de algo cumplido, terminado, de ciclo finalizado, en ningún momento sentí tristeza. No sé si era una alegría completa, pero era un deseo terminado, incluso había mucha emoción de los tres. El Gracias totales tenía que ver con una enumeración demasiado larga de personas a las que tenía que agradecer.
¿Cómo atraes a las musas?
Una de las cosas más inspiradoras es la música misma, cuando llega ese momento de escribir, la música es la musa inspiradora.
¿A los 25 años podrías haber hecho un disco que respire tanto y tan relajado como Bocanada?
Ya no puedo hacer nada de lo que hice antes, ni antes podría haber hecho nada de lo que hago ahora. Siempre dije que Bocanada es el primer disco de esta situación personal. Con Bocanada abrí una puerta y se me pinta un camino a partir de aquí.
¿Qué sentiste cuando estabas en el estudio Abbey Road de Londres y una orquesta de cincuenta personas tocaba una composición tuya como “Verbo carne”?
Fue inexplicable. Fue el Aconcagua del disco, fue muy fuerte encontrarse con cincuenta tipos tocando lo que vos hiciste y que el director inglés y el ingeniero, dos tipos muy grosos, nos miraran y nos dieran el ok (…). Si bien me he alejado de la idea, de la práctica y del culto, el cristianismo lo tengo muy establecido en mí.
Un viejo axioma del rock dice que para hacer buen arte hay que sufrir… ¿Lo compartís?
No estoy muy seguro de que sufra cuando hago ese tipo de letras. Lo que necesito es concentrarme y tratar de capturar esa emoción para que no se me escape. Pero no deja de ser ficción. Hay veces que una situación te empuja. Por ejemplo, “En remolinos”, que es una de las canciones que más me gusta de Soda Stereo.
Para mí, es tu mejor canción y una de las diez mejores del rock en español…
Es una letra que surgió muy rápidamente y tiene que ver con una premonición. No estaba bien cuando la estaba escribiendo.
Libertad…
Soy libre de no estar en un grupo donde las cosas no estaban funcionando bien. Cuando las cosas funcionan bien y hay energía, es bárbaro estar en un grupo. Aprovecho todo lo que he aprendido con Soda Stereo y no hago un quiebre deforme diciendo “¡Acá empezó mi vida!”. Eso es absurdo, a pesar de que, a veces, se lee así. Cuando uno habla de libertad, la gente piensa que había estado prisionero de Soda Stereo, y no es así… Y si los tres estábamos prisioneros de algo, era de una relación que no terminaba de encontrarse después del desencuentro. Entonces, la mejor solución fue cortar por lo sano.
A esta altura de tu carrera, ¿ya te sentís un clásico?
Y no… Sería como sentirse una estrella…
Empieza un nuevo milenio y las expectativas que proyecta cada ser humano son bien diferentes. En tu caso, ¿Qué esperanzas tenés? ¿Cuál es tu ilusión? ¿Te parece que algún cambio lo pueda aportar la música?
Yo creo que el 2000 lo estamos viviendo desde la década del 90. Me parece que, probablemente, algunos de los hechos tendrán que ver con dos ítems fundamentales… Lo tecnológico, el internet, es un foro creativo y un ámbito de comunicaciones que representa ya el 2000, e hizo una apertura al nuevo milenio algunos años antes. Por el año de la genética, creo que van a existir cosas impresionantes. Otro ítem tiene que ver con lo espiritual, me parece que, realmente, ahí es donde uno deposita las mayores esperanzas, a la naturaleza hay que tenerle un respeto espiritual. Cuando hablamos en paz, para mí es poder lograr tener la mente en blanco. El ser humano necesita un poco de eso.
HOY ES SIEMPRE
Se cumplían cinco años de la disolución de Soda Stereo. Gustavo entraba en todos los hogares gracias a la alta difusión de un comercial de la cerveza Quilmes, el cual había protagonizado y musicalizado. Durante los casi cincuenta segundos del spot publicitario, se podía contemplar la quintaesencia de la personalidad de Gustavo. Seductor y gallardo, caminaba frente a la cámara, mientras todo desaparecía a su paso y su voz entonaba eso de “Salí para ver”. Dicha sobreexposición lo convirtió en un personaje bastante esquivo a las entrevistas durante gran parte del 2002. No fue hasta el 10 de julio del 2002, cuando se rompió el silencio y se sentara a dialogar con Bove, aquella tarde, en el fragor de nuestra conversación, nació el título de su tercer álbum solista: Siempre es hoy…  Aquí, algunas confesiones:
Yo nunca voy a dejar de hacer lo mío por lo que ocurra alrededor. De hecho, si dependiera solo de mí, cierro la puerta y hago canciones que es lo que hago e hice siempre…
No siento la necesidad de alegrar a la gente ni de entristecerla ni nada por el estilo. El mismo motor de mis canciones sigue siendo lo que pasa alrededor mío y lo que sucede en mi entorno. No estoy pensando cómo puedo llegar más rápido a la gente.
La espiritualidad como intención, es válida y me parece bueno practicarla, pero nadie puede abstenerse del todo de lo que sucede con la realidad…
11 episodios sinfónicos…
A pesar de que las letras son las mismas, la forma de modular, la forma de dinamizarlas, les abre otra percepción. Cantar con una orquesta te hace poner en una situación muy diferente a estar amparado por el ritmo de un grupo de rock… también fue una forma de retribuir a mucha gente lo que ha pasado con Soda Stereo, ya que muchos de los temas del disco son de Soda Stereo. Siempre me preguntan: “¿Por qué no haces más canciones de Soda Stereo en tus show solistas?”. ¡Bueno! ¡Acá tenés un disco! … Yo hablo mucho de Soda Stereo. Es una parte importante y son muchos años de mi vida.
Y que sigue siendo escuchado.
Sí. Íntimamente siento mucha felicidad de haber hecho eso. No lo hago habitualmente pero, cada tanto, escucho los discos de Soda y veo lo que ha pasado en ese momento. Tengo un montón de recuerdos que se me hacen vívidos en la medida que los recupero a través de escuchar a Soda o leer algún libro sobre nosotros… Para mí no fue fácil desprenderme de eso, como creo que no lo fue para Charly ni para Zeta. Yo fui un poco el motor de darle un cierre definitivo a la cuestión, y no dejarla en estado inconcluso, porque personalmente me estaba afectando.
Cada uno de los tres estaba en sus propias cosas, resolviendo su vida en un momento donde había que hacer eso. Nos encantó volvernos a juntar pero también íntimamente, todos sabíamos que, cuando una banda empieza a referirse demasiado a sí misma, tratando de recuperar sus propios valores, le queda poco tiempo… Podríamos haber tenido un psicólogo grupal, cosa que tienen algunos grupos. De hecho, recuerdo que Virus lo tenía… fuimos muy exitosos en durar lo que duramos, y plantearnos hacer los discos que hicimos… Pero, al principio, hay una energía que, al final de un grupo, se disipa mucho y ya es muy difícil volverla a encontrar.
Lo que estás diciendo, ¿le cierra la puerta a una futura reunión de Soda Stereo?
Decir “nunca más” es como decir “siempre”… Es lo mismo: todo es nada…
Pero ¿hoy lo ves como muy lejano?
Para mí, “hoy es siempre”, para decirte un concepto que tiene este disco que estoy haciendo ahora.
Zeta confesaba que, en algún momento, le gustaría juntarse para hacerle un regalo al público, a esa misma gente que tantas cosas les ha dado a ustedes durante muchos años…
No puedo decir que eso no vaya a ocurrir nunca. Sería muy absoluto. De todas maneras, me parece que, antes de que ocurriera cualquier cosa de ese tipo, tendría que surgir un verdadero encuentro entre nosotros tres, lo cual veo muy poco probable… La verdad es que tres tipos que hicieron muchas cosas juntos y se encuentran dentro de veinte años… No sé qué sentido tiene. Generalmente son muy patéticas esas cosas. Entiendo que es natural que haya nostalgia y que haya gente alrededor que presione para juntarnos. De hecho, me llegan propuestas increíbles. Yo no me voy a juntar con Soda porque la gente quiera. No voy a hacer nada porque haya un espíritu de nostalgia flotando por ahí…
Ni una obscena cantidad de dólares.
¡No, tampoco! Seguramente, eso aparecería. De hecho, al otro día que se separó Soda Stereo, ya apareció gente…
Bueno se cumplen cinco años de la separación y podría ser un buen momento…
Vos le prestas atención a eso porque miras en perspectiva y eso es tu trabajo de periodista, pero para mí es como si hubiera sido ayer o hace diez años… Soda Stereo estaba separado bastante antes de que hiciéramos la despedida. Después de que pautamos eso y lo concluimos, yo preferí hacer como una especie de duelo.
Te saco del plano musical y te llevo al actoral. Con una mano en el corazón ¿quedaste conforme con la película + Bien?
¡Imagínate que tuve que hacer hasta la música! La cantidad de veces que he visto esa película y sus transformaciones es tal que ni siquiera puedo tener un juicio muy claro. Creo que, realmente, es una película extraña para el mundo del cine. Como actor, la verdad es que no me sentí presionado… Yo quede conforme. Aparte la pasé muy bien y sería muy choto de mi parte decir otra cosa.
Charly García declaró que de la única cosa que se arrepentía en su carrera fue haber actuado en su carrera fue de haber actuado en la película de Gustavo Mosquera, Lo que vendrá…
¿Hacía de enfermo, no?
¡Exacto! Te cité este ejemplo porque queda la sensación de que, cuanto más pasa el tiempo, ese tipo de proyectos termina por avergonzar a los músicos, especialmente a aquellos que viven del rock…
Me parece una buena postura decir: “Yo no me arrepiento de nada”. La verdad es que todo sirve para algo. Me arrepiento más de lo que no hice, de todo lo que podría haber hecho y me hice una paja y no hice un carajo. Te voy a confesar algo: el mayor conflicto que tengo conmigo mismo es la vagancia (…) tengo exagerados momentos de vagancia, donde insisto tanto en la nada, son de los que realmente me arrepiento. Me preocupa cuando no produzco. Para muchos artistas y músicos, la preocupación o el fantasma más terrible es no tener nada, no hacer nada. Los momentos de “nada” son de los que me arrepiento.
(…) musicalizaste y protagonizaste el comercial de la cerveza Quilmes. Esto, en otras décadas, era un insulto a los estatutos del rock…
No tengo ese prejuicio rockero de decir: “¡Yo nunca voy a hacer tal cosa!”. Por suerte en ese aspecto, no tengo una postura tan radical como algunos músicos, quienes sostienen esa postura y, después, terminan con la cola entre las piernas porque hacen cosas mucho peores todavía.
¿Podrías hacer un balance de lo que fue tu carrera hasta acá o sos de los que miran tan para adelante que no pueden pararse a observar el pasado?
(Largo silencio) es imposible hablar de hechos con tantas cosas que hice y tantos años que pasaron. Pero lo bueno es que se nota que estoy aprehendiendo, así con la (h) en el medio. Desaprender significa aprender. Para mí, no hay un regreso a las fuentes ni todas esas cosas absurdas que se dicen. Nadie puede volver para atrás. Además, no tiene sentido hacerlo, por más que haya nostalgia. Y mis peores momentos han sido cuando he dejado de disfrutar.
Si hay un artista que hizo mucho dentro de la música popular argentina, ese es Gustavo Cerati…
La verdad es que no me parece que hice mucho. Despojemos todo de grandilocuencia y pensemos que son discos, shows y momentos que pueden ser fuertes, pero también son efímeros. Por ejemplo, si vos me preguntas por shows, tengo un montón de recuerdos. Hay shows que, cuando los terminé, pensé: “¡Ya está, no puedo hacer más nada mejor que esto!” y, al otro día, me levanté de la cama, se me quemó el café y fue un día horrible.
BOMBA DE TIEMPO
Martes 13 de junio del 2006, una entrevista promocional en el marco para publicitar algunos proyectos de Cerati. Más allá de su talento nato para conseguir grandes canciones, una faceta para destacar de Gustavo es que era un gran anfitrión. Hacer sentir cómodo a sus invitados parecía una virtud innata de su carácter. Es curioso pero este rasgo también lo emparentaba bastante a Luis Alberto Spinetta. Podía no servirte ni un vaso de agua, pero el tiempo se hacía agradable ante su presencia. Siempre tuve la impresión que tenía poco contacto con la prensa porque él sabía que pos su falta de hipocresía, su sinceridad y su poca noción de lo políticamente correcto, dejaban sus pensamientos muy al descubierto y por suerte para mi labor periodística, esta vez Gustavo tenía más ansias de hablar y de escupir lo suyo que de costumbre. Gustavo venía convirtiéndose en blanco de críticas sistemáticas, las cuales lo ponían como abanderado de la música elitista, lo acusaban de “viejo choto”. Si a todo ello le sumábamos el malhumor que le generaba la obstinación de los medios por saber si Soda Stereo regresaría algún día, la carga que llevaba dentro. Gustavo a punto de explotar, como una bomba de tiempo…
¿Crees que para hacer buen arte hay que sufrir, como dice una máxima de rock?
No, no coincido… ¡Para hacer arte hay que ser cara rota, un poquito caradura! La misma naturaleza te lo exige. También, para hacer arte tenés que tener talento. Las dos cosas.
¿No compartís la idea del artista torturado?
No es necesario cagarse la vida para hacer arte… En los peores momentos de mi vida, la música ha sido lo que me produjo las mayores satisfacciones. En los momentos más torturados, reales y no solamente fabricados, la música me salvó (…) Aunque me involucro en lo que hago, tomo distancia y me doy cuenta de que no se me va la vida haciendo canciones ¡La vida se me va por otros lados! Digo: la música es parte de la vida, pero no lo es todo. Esa es la diferencia entre tener veintipico de años y cuarenta y pico.
Soy una persona muy autocrítica para soltar un disco con el cual no esté de acuerdo o que no me guste. Me ha pasado que han sacado “Zona de promesas” en la época de Soda Stereo, y lo hicieron fuera de lo que yo esperaría hacerlo. Además de las recopilaciones aquella fue la única vez en mi vida que me permití darle salida a un material por obligación a entregar algo.
Dejaste de ser un personaje intocable para convertirse en blanco de algunas críticas, cosa a la que no habías tenido que enfrentar en toda tu carrera. Encima, aparecieron esos stencils pintados con saña e intención de agredirte gratuitamente ¿Cómo te sentiste frente a esa avalancha de “mala leche”?
No debe haber mucha gente que haya tenido tanto éxito como yo a lo largo de todo este tiempo. Realmente, no lo digo pecando de soberbia… ¡Es así! Este es un país donde hay mucha envidia, esa envidia barata. No estoy acá para agradarle a todo el mundo… ¡Yo hago la música que a mí me gusta y fuck off al resto! Realmente no me interesa gustare a todo el mundo. Ya me di cuenta que es absurda mi intención de que me ame todo el mundo. Creo que se me ve mucho como un artista soberbio, como una persona soberbia, y eso genera también cierta antipatía en algún tipo de gente, pero la verdad es que yo, personalmente, no soy una persona soberbia. Digo lo que pienso. No he sido nunca “careta”, de tener que decir una cosa por otra. Digo lo que pienso y hay muchos que no dicen lo que piensan. Esa es la verdad.
¿No te parece que algunas figuras del rock argentino están sobredimensionadas? En mi opinión, vos le apoderaste más al rock en español que Andrés Calamaro, por ejemplo. Sin embargo…
Lo que pasa es que, desde el punto de vista de la prensa, Calamaro vivió una etapa de sombra muy grande…
¿Y para vos eso lo hace más pintoresco?
No, eso hace que tenga esa posibilidad de sobredimensionamiento. Digamos que, de alguna manera, lo que me viene pasando a mi es bastante parecido siempre. Vos me decías que hubo un momento donde recibí más críticas y si, es verdad. He realizado discos que han sido más o menos exitosos, pero no viví una época de hacer discos que nadie quiso o que a nadie le importaban… Hoy en día, siento que hay como una especie de venganza por eso. Algo así me pasa. Tampoco me sucedió lo que le pasó a Fito Páez o a Babasónicos, quienes curiosamente o a raíz de, antes de sus discos más exitosos popularmente casi estaba el destierro: se terminó, nadie nos quiere, de la compañía nos echaron o me voy del país.
Durante una conferencia de prensa en México, dijiste que tenías las pelotas llenas que te pregunten por una posible reunión con Zeta y Charly ¿Estás empezando a sentir la presión?
Si Soda Stereo se juntase, la gente se va a entrenar inmediatamente. Yo estoy haciendo mi música y, para mí, Soda Stereo ya fue. No tengo una enemistad tan grande con Zeta y con Charly para decir que eso no va a concurrir alguna vez. Creo que lo que yo hago es diez veces superior a lo que hice con Soda Stereo.
Persevera y triunfarás.
¡Es así! La insistencia es casi como la esencia del ser humano. También a mí me resulta eso de seguir haciendo lo que creo y lo que me gusta. Y la verdad es que, en ese aspecto, no tengo que sentir ninguna culpa de nada, ¿entendés?... Porque no hay nada que yo haya hecho realmente mal. Hice lo que siempre me gustó.
Gustavo Cerati nos dejó definitivamente el 04 de septiembre del 2014, después de pasar más de cuatro años descansando, o despidiéndose, o esperando el milagro… imposible adivinarlo. Solo él sabrá el valor de sus deseos. Aquella noche llovió. Cada vez que una canción suya flote en el aire, Gustavo estará allí, para mejorarnos el día, para acercarnos un recuerdo, para dibujarnos una sonrisa… en definitiva, para hacernos sentir, aunque sea por un segundo, que el mundo puede ser un lugar hermoso.



Compartir En:    Facebook Twitter

0 comentarios:

Publicar un comentario