El
Bienal de novela Vargas Llosa, un premio que empezó a entregarse en nuestro
país el 2014. El referido galardón es comparable al Premio Rómulo Gallegos de
Venezuela y a la edición en español del Premio Booker Internacional. Está
dirigido a escritores de cualquier nacionalidad con novelas que hayan sido
originalmente escritas en el idioma español y publicado dentro de los dos años
anteriores a la fecha del premio. Sin duda una excelente iniciativa que busca fomentar
y apoyar el estudio de la literatura contemporánea, así como, potenciar el
interés por la lectura y la escritura, en nuestro país y en todo
hispanoamérica.
Hace
un par de semanas el escritor español Juan Jesús Armas Marcelo (Director de la
Cátedra Vargas Llosa) anuncio que el referido premio que se entregó en Lima el
2014 y el 2016, se mudará a la ciudad de Guadalajara, México, para mayo del
próximo año, asegurando sus ediciones del 2021 y 2023 a través de un convenio ¿Las
razón? El recorte presupuestal en el monto del premio (El ganador del Bienal
recibe como premio la suma de US$ 100,000). Lo curioso fue que también recalcó
que se buscó el apoyo de distintos empresarios peruanos para el financiamiento,
incluso vinieron desde España a hablar con las autoridades de gobierno, pero
ninguno nos contestó afirmativamente; “la Bienal nació en Lima y queríamos
limeñizarla, peruanizarla, al mismo tiempo que internacionalizarla. Pero nos
dieron solo buenas palabras y luego de eso, silencio”, dijo el escritor.
Es
muy penoso que por las razones antes descritas el premio se traslade de sede a
otro país; frustrante además que nuestras autoridades lo permitan, y que cada
vez se aleje a la cultura de los medios, pues no es una prioridad, y las
razones para que así sea solo pueden ser dos: uno, somos tan educados que no
necesitamos redundar en la práctica de valores y la difusión de la cultura, y dos, somos tan poco inteligentes que no podemos
darnos cuenta de lo arruinada que esta nuestra sociedad. Yo en definitiva
considero la segunda pues no creo que alguien tenga la capacidad de afirmar que
vivimos tan bien como seres humanos en este país.
Nuestra
cultura está en un segundo plano. No tiene un espacio mayor al que le brinda TV
Perú y uno que otro suplemento de domingo en nuestros periódicos (día en el que
cuestan más). Lastimosamente, casos como el Bienal de novela Vargas Llosa, van
a seguir sucediendo en nuestro país, por falta de financiamiento, por falta de
difusión y por falta de apoyo. Lo único que ruego es que nunca sea por falta de
participantes.
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