martes, 9 de julio de 2019

UNA ANÉCDOTA DEL PASADO





Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez fueron muy parecidos en ciertos aspectos. Ambos compartían una pública devoción por William Faulkner, en su momento, ambos fueron dos simples latinoamericanos vagando por Europa, ambos fueron criados por sus abuelos maternos, ambos mantuvieron una relación conflictiva con sus respectivos padres, ambos fueron parte de aquella corriente noventera y deslumbrantemente literaria llamada “El boom latinoamericano”, ambos ganaron el premio nobel; sin embargo, tanto parecido no resultó ser nunca un eximente de ciertas diferencias.

Fue un 12 de febrero de 1976, los escritores se encontraban en México D. F, fueron invitados al estreno de “Supervivientes de los Andes”, la famosa película que recreaba el accidente de avión de un equipo de rugby y los episodios de canibalismo para poder sobrevivir hasta que eran rescatados. En un determinado momento, mientras Vargas Llosa andaba en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes, García Márquez se acercó a saludarlo. Cuando se tuvieron frente, el uno al otro, el escritor colombiano recibió un puñetazo en la cara por parte del escritor peruano.

Al día de hoy, no existe una explicación certera de la reacción de Vargas Llosa, pues ambos protagonistas durante el paso de los años han eludido con gran astucia cualquier pregunta de aquella noche, sin embargo, el británico Gerald Martin en la biografía que escribió de Gabriel García Márquez, señala que el escritor peruano, tan sólo le dijo a Gabo: “¡Esto, por lo que le hiciste a Patricia en Barcelona!”.

Es sabido que, por esos años, Mario vivía una crisis de pareja con su mujer de entonces, Patricia Llosa. Es sabido también que, por la cercanía de ambos escritores, ella encontró una amistad en Gabo y Mercedes Barcha, su mujer. Hubo, quizás, malos entendidos que llevaron a los celos, pero eso siempre fue un misterio, hasta para el mismo García Márquez, pues alguna vez manifestó al periodista Óscar Alarcón del diario Correo lo siguiente: “Cuando me vi con Mario, me pareció verlo sonreír y que trataba de abrazarme. A esto se debió que cuando me pegó estaba completamente indefenso y con los brazos abiertos, de lo contrario me hubiera protegido por lo menos la cara”.

Lo más parecido a una reconciliación, fue lo que ocurrió al publicarse la edición conmemorativa de “Cien años de soledad” por parte de la Real Academia Española. Ahí, Vargas Llosa dio permiso para que se publicara en el prólogo “Cien años de soledad, realidad total, novela total”, su análisis completo a la obra de Gabo; sin embargo, antes ya había escrito sobre él en “Historia de un deicidio”. Al hablar de Cien años de soledad, Vargas Llosa recordó cómo el libro de Gabo lo deslumbró. “Pensé que por fin América Latina tenía su novela de caballerías, una narración en la que primaba lo imaginario sin que desapareciera el sustrato real. Tiene además la virtud de pocas obras maestras: la capacidad de atraer a un lector exigente preocupado por el lenguaje y, a la vez, a un lector elemental que solo sigue la anécdota”.  También dijo que, para él, la novela más floja de Gabo es El otoño del patriarca. “Parece una caricatura de García Márquez, la novela de alguien que se está imitando a sí mismo”.

Cuando Gabo falleció, Vargas Llosa recibió la noticia con profunda tristeza, quizás con la misma tristeza que recibió la muerte de Fernando de Szyszlo, la muerte de Cortázar o la de Carlos Fuentes.

Vargas Llosa actualmente tiene 83 años y es el sobreviviente del llamado Boom latinoamericano, aquel movimiento que mencione en un principio, aquel que cambio el arte en letras del mundo, otorgándonos un lugar, donde no existe espacio para las rencillas pues importan poco y nada, un propósito más de la cultura que emerge para disolver las diferencias.



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2 comentarios:

  1. Excelente remembranza que nos resume la historia de dos grandes literatos sudamericanos reconocidos a nivel mundial... Perú y Colombia convergen en una historia de genios de las letras...

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