Luciana era fanática de ese blog, y él lo sabía. Todos
los sábados a las 22:00, ella ingresaba a ver si aquel personaje atractivo por
su forma de escribir, colgaba algún post interesante. Cuando él lo hacía,
Luciana se preparaba. Mil quinientas palabras, eterna lectura para una noche, máxima
satisfacción, sano entretenimiento y una buena razón para no salir con sus
amigas a gastar su dinero.
Ella tenía veintinueve años; vivía sola desde hace
cuatro. Estaba en sétimo ciclo de
derecho, tenía un gato llamado “pancho”,
trabajaba en la notaria “Soler Cabrera”, entre trabajos de la universidad y sus
actividades laborales, el poco tiempo libre que tenía lo usaba para descansar y
leer en casa. Y es así como él llegó a sus ojos; cuando él cumplía con su
compromiso de los sábados, ella se preparaba un café, ponía el celular en
vibrador, entraba al blog marcado en el speed
sial de su computadora y se ponía a leer. Quince minutos bastaban para que se
quede conmovida, para que piense toda la noche en el cómo y porqué, en la
historia, en los personajes, en él, su escritor. Luciana amaba su manera de
expresarse, amaba su facilidad de escribir. Cuando la lectura terminaba era
fácil relacionar cualquier canción de U2 al grato momento, le gustaba pensarlo.
En ocasiones la lectura le dibujaba una sonrisa, algunas
otras la entristecía mucho, también relacionaba las historias a su vida
cotidiana. A veces podría despertar con la esperanza de conocerlo, con ganas de
establecer contacto con él, pero también tenía miedo, tenía miedo de enterarse
de algo decepcionante; había visto la película “bajo una misma estrella” y vio como el escritor de los libros a
los que Hazel Grace amaba, no era a
quien quería conocer.
Pese a ello, Luciana quiso dejar huella y él ya
sabía de su existencia, Luciana siempre se había expresado en los comentarios
de sus publicaciones, de manera atenta, le gustaba saber que era la primera
entre tantos comentaristas; cuando repasaba los comentarios de las personas
tenía una rutina clásica de toda fan, criticar a los críticos y agradecer los
halagos, total, ella estudiaba derecho y conocía al escritor más que nadie, no
estaba ahí de casualidad aunque la misma haya sido hace mucho tiempo.
Un día, cuando ella revisaba las discusiones en La
Comunidad de “El Comercio”, notó un
debate referente a los novelistas del siglo XXI, artículo publicado por Ricardo
González Vigil. Leyó un comentario que a ella le encanto y era firmada por un alguien
bajo un seudónimo llamado “En primera
persona” , este decía: “no importa lo
que discutamos está noche, don Mario me enseño a valorar al talento desde un
simple blog hasta un best seller, y yo tengo mi blog, así que pronto tendré mi
best seller… epp@blogspot.com”. Como
por arte del destino, Luciana entró al link. Definitivamente encontró lo que
quería en ese blog. Luciana había contado con los suficientes argumentos para
cumplir con la misma rutina todos los sábados durante tres años.
Un sábado, mientras Luciana esperaba la
publicación se empezó a impacientar, pues había un considerable retraso, temía
que al escritor le haya pasado algo. A las 22:37, un nuevo post había sido
publicado; tenía por título “En
Agradecimiento a tus Atenciones”; el texto decía lo siguiente:
Hoy no habrá una
publicación ordinaria, hoy solo quiero expresar mi deseo en conocerte. Luciana,
quiero que sepas que soy muy feliz leyéndote porqué sé que tú eres feliz
leyéndome; quiero conocerte, conversar contigo, de historias, de viajes, de
libros, de estudios, más que obligado al corresponder tus comentarios siento
que es necesario verte y agradecerte por tanto cariño y es que a la fecha no
encuentro placer más grande que acariciar tus palabras con mis ojos una y otra
vez. No esperaremos más tiempo, nos encontrarnos mañana a las 17:00 en el mismo
lugar donde le tomaste 3 fotos este mes a tu comida.
Luciana estaba atónita, no podía creer lo que
estaba leyendo, una cita a través de una publicación de su escritor. Incrédula,
volvió a leer el post una y otra vez. Él quería conversar con Luciana, porque
era feliz leyendo sus comentarios, el domingo por la tarde sería una ocasión
especial. ¿Tres fotos a la comida este mes? Luciana tenía un perfil público en
su página de Facebook. Siempre hacia uso de el para mostrar sus preferencias
muy conservadoras, borraba las fotos familiares y de fiestas con sus amigas (no
tenía muchas), nunca ponía selfies, y en su foto de perfil tenia a pancho, su gato. En ese mes había
publicado las fotos de las mejores tartas
de su ciudad, estos eran vendidos en su café favorito el “Sinatra”. A
Luciana le encantaba el “Sinatra”, gustaba de la música y el ambiente
agradable, podía escribir, leer y reflexionar. Pero, estaba desconcertada pues
no conocía el rostro de su escritor, sin embargo, le conmovía la idea de
conocer al autor de tantas historias bonitas, le complacía el poder saber que
su escritor, estaba dispuesto a encontrarse con ella.
El domingo por la tarde
Luciana salió apurada de casa. Pese que alistarse para su encuentro no había
sido tedioso, una serie de eventos demoró su llegada. A unas cuadras del café,
yacía un cuerpo tendido en la calle, su ciudad se había convertido en un
peligro constante. Los transeúntes mirando y comentando el hecho. Unas rosas,
botadas en la calle hacían pensar que el joven iba a una cita, vestía un traje
elegante, - Esta ciudad es totalmente insegura
caray – comentaban al frente del cuerpo. Todo hacia presumir que el joven
había sido asaltado y al poner resistencia eliminado. Luciana más que intentar
indagar o preguntar del hecho, presurosa caminaba para llegar al café. Llevaba diez
minutos de retraso y con suerte se demoraría 10 minutos más en llegar.
Quizás podría
justificarse con su escritor contándole lo sucedido y pudiese servirle de
inspiración para un futuro post, alguno que trate de la muerte sin piedad de un
joven enamorado, sí, esa historia seria conmovedora, pero en manos de él, pues
ella podía dar la idea pero él poner la magia, la magia que don Mario te pide
siempre como requisito, la magia que sale de Gustavo Adolfo Bécquer.
Luciana Llego al “Sinatra”.
Si en los días de semana, su café favorito era un lugar tranquilo, los domingos
por la tarde eran sumamente tranquilos, más aun si no había nadie. Él no
llegaba, o al menos eso parecía. Tomó una mesa. Cuando Marcelo, el mozo se
acercó, pregunto: ¿lo mismo de siempre?
Luciana omitió respuesta y le pregunto si había llegado alguien, Marcelo dijo: nadie desde el último flam de las cuatro y
veinte.
Esperando largo tiempo,
Luciana comenzó a impacientarse, se habrá perdido, tal vez ese no era el lugar,
tal vez se quedó dormido, tal vez se quedó escribiendo, quizá la historia tan
familiar de “Bajo la misma estrella”
se estaba repitiendo. A las 19:00, Luciana tenía el último café del “Sinatra”,
después cerraría hasta el día martes. No era lo que esperaba, cogió su móvil y
buscó si su escritor había publicado otro post con dedicatoria pero esta vez
disculpándose. No encontró nada. Estaba a la espera de alguien que no conocía
más que por simples publicaciones en un blog, bajo el seudónimo de en primera persona. Se sintió tonta, burlada,
Marcelo se acercó a decirle que el café cerraría, ella preguntó - Marcelo ¿Vino aquí alguien antes que yo?
– ¿Quieres ver las cámaras de seguridad?,
contestó. Su fidelidad había sido tanta que no podía creer que su escritor favorito
nunca haya aparecido a la cita. Decepcionada salió del lugar, llegó a casa,
prendió la computadora y decidió escribir un comentario a su publicación, se
arrepintió. Si alguien tenía que escribir algo seria su escritor por su falta de palabra.
Luciana esperaría toda su vida pues nunca más, alguien volvió a publicar en primera persona.
POR QUE USTED ES ASI? HASTA LA MITAD DE LA HISTORIA ERA LA MAS EMOCIONADA, PERO MIENTRAS IBA LEYENDO, ME PONIA NERVIOSA Y CON EL FINAL NI QUE HABLAR... LA TRAGEDIA NO SOLO FUE QUE EL ESCRITOR MURIERA, PARA MI LO PEOR FUE QUE LUCIANA NUNCA LO SUPO Y PRACTICAMENTE SE DECEPCIONO DE SU ESCRITOR, NO ES JUSTO!!!
ResponderBorrarPERO UNA HISTORIA INCREIBLE, SIEMPRE DEJANDOME CON MAS GANAS DE SEGUIR LEYENDOTE...
PARA MI SIEMPRE VA A SER MAS QUE UN GUSTO LEERTE!
Mil gracias por tu comentario Cecilia. Bendiciones.
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